Lo que nadie te cuenta a la hora de ser madre

Muchas veces al momento de afrontar la maternidad, nos dejamos llevar por lo que todos nos dicen que tenemos que hacer para ser “buena madre”, pero lo que generalmente no escuchamos es nuestro propio instinto, porque la verdad es que la maternidad no se puede aprender, es simplemente un instinto y la clave es escuchar lo que nuestro hijo necesita.

En el embarazo es común imaginarnos como seremos cuando nazca nuestro hijo, muchas queriendo ser esa “mamá perfecta” que nos muestran en películas, libros y “manuales”. Pero la verdad es que no lo sabremos hasta el momento que tengamos a nuestra guagua en brazos y afrontemos esta espectacular etapa que sin dudas está llena de aprendizajes y probablemente terminemos siendo un tipo de madre totalmente distinto al que esperábamos.

Lo primero que nadie te cuenta es cómo te sientes después del parto, si el trabajo de parto es largo o si tienes una cesárea probablemente el primer día sientas como si hubieras pasado horas en el gimnasio y te duela TODO.

Luego viene la parte de las visitas, antes de tener a nuestra guagua todos queremos que la gente cercana y seres queridos conozcan al nuevo integrante, pero nunca nos imaginamos que lo que más vamos a querer es poder descansar y recuperar las energías que gastamos en el parto.

Otra cosa que nadie nos cuenta es sobre el dolor, si DOLOR que da al amamantar, es una experiencia linda, el apego, sentir ese instinto animal de madre… pero de que duele, definitivamente DUELE.

Entuertos… uff no todas las mujeres los experimentan, pero son dolores tipo contracción y se experimentan después de haber tenido a tu hijo/hija…

Ahora pasamos a la segunda etapa… en dónde todos, SI TODOS saben lo que tu hijo quiere o necesita… tiene hambre… tiene frío… tiene calor.. lo mudaste?, ese definitivamente es un instinto que tiene la sociedad de decirte qué es lo que tienes que hacer y lo correcto según su punto de vista, y si uno les dice que no es necesaria su opinión puede ser una situación incómoda… pero acá va mi consejo, sigan su propio instinto, tú y tu guagua saben que es lo que necesitan y si te equivocas… bueno así se aprende, nadie nos enseña a ser mamás y todas las guaguas y mamás somos diferentes, por lo que si sientes que estás dando lo mejor de ti y que tu hijo está sano y tranquilo, está clarísimo que estás haciendo un excelente trabajo (siempre nos van a criticar, lo más sano es seguir con tu vida y criar de la forma que tu creas que es la más correcta).

Los horarios  son un tema… todos dicen que tienes que tenerle horarios para las papas, comidas, dormir, etc… finalmente es un proceso largo, en dónde muchas veces te frustrarás porque mueres de sueño y tu guagua no quiere dormir, o tal vez duerma todo el día y en la noche no tenga una pizca de sueño… yo personalmente llegué a llorar porque quería dormir, pero después de un tiempo tu hijo/hija se va a adaptar a tus horarios y no importa lo que todo el mundo siga diciendo, mientras ustedes estén tranquilas con sus horarios, nadie tiene el poder de opinar sobre ello. 

Te sentirás sobrepasada, salir con tu guagua es un tema, hay gente que no tolera ni una mínima queja de los niños y miran con mala cara y muchas veces en el lugar más inesperado tu hijo no se va a quedar tranquilo… lo que yo te recomiendo es que lo tomes con la mayor calma posible, mientras más nos estresamos nosotras más se estresan ellos.

No entremos en pánico… hoy quisimos hablar del lado B de la maternidad, pero nos preguntamos el por qué nadie nos habla de esto?

La respuesta es simple… porque todos los detalles lindos que vivimos día a día con nuestros hijos hacen que olvidemos todo lo malo… la primera vez que nos dicen mamá, su primera sonrisa, sus primeros pasos e infinitas cosas más hacen que dejemos en el olvido este lado B. 

Como conclusión el mensaje que queremos entregar con este post es que “NO EXISTEN MAMÁS PERFECTAS” la perfección está en disfrutar al máximo a nuestros hijos y entregar lo mejor de nosotras.

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